¿Cuáles son los cuidados básicos que todos deberíamos tener para mantener una piel saludable?
• Es fundamental tener una buena higiene de la piel, protegerse del sol diariamente, y mantener un estilo de vida saludable con una alimentación adecuada. Además, es importante descansar lo suficiente, realizar ejercicio físico regularmente y evitar el estrés y los tóxicos como el tabaco y el alcohol.
¿Qué productos o ingredientes recomendarías incluir en una rutina de cuidado de la piel?
• Recomiendo usar un limpiador, un antioxidante como la Vitamina C, un fotoprotector con un SPF de 50 y de amplio espectro adaptado al tipo de piel, y un transformador epidérmico como el Retinol o los Alfa Hidroxiácidos.
¿Por qué es esencial proteger nuestra piel del sol y cuáles son los riesgos de no usar protección solar regularmente?
• El sol tiene efectos beneficiosos para la salud, como ayudar a fabricar Vitamina D y estabilizar el estado de ánimo, además de tener un papel protector en ciertas enfermedades cutáneas como la psoriasis o la dermatitis atópica. Sin embargo, abusar del sol tiene riesgos, ya que la radiación ultravioleta provoca efectos dañinos a corto plazo, como quemaduras solares, y a largo plazo, puede aparecer el fotoenvejecimiento, manifestado en forma de manchas y arrugas e incluso puede surgir la aparición de cáncer de piel. Durante nuestra vida, acumulamos años de radiación solar que dañan nuestras células, por lo que protegerse del sol activamente beneficia tanto la apariencia como la salud de nuestra piel.
¿Cómo afecta la alimentación a la salud de nuestra piel y hay alimentos específicos que recomiendes para mejorarla?
• Mantener una dieta equilibrada y variada es fundamental para la salud del organismo en general y tiene un impacto directo en la apariencia de nuestra piel. Una dieta rica en antioxidantes puede mejorar su aspecto. Se sabe que algunos derivados lácteos, los ultraprocesados y los hidratos de carbono de absorción rápida pueden empeorar el acné. Cuéntanos un poco sobre tu trayectoria profesional.
¿Qué te inspiró a especializarte en dermatología? ¿Cuál ha sido uno de los mayores retos que has enfrentado en tu carrera?
• Siempre me había llamado la atención la medicina porque estudiar el cuerpo humano me encantaba, además de que me permitía ayudar a otras personas. La dermatología me enamoró en el último año, en sexto de Medicina, cuando hice un rotatorio y vi que era una especialidad muy completa, tanto médica como quirúrgica, y que además necesitaba de pocas pruebas complementarias para tomar decisiones y pautar tratamientos. En mi adolescencia había sufrido acné, lo que me hizo sentir identificada con los temas relacionados con la piel y la autoestima. Compaginé varios años las visitas dermatológicas hospitalarias con la consulta privada, donde me enfocaba principalmente en la estética, y la parte artística de esta última fue la que me cautivó. Cualquier estudiante de medicina o médico estará de acuerdo conmigo en que el reto al que nos enfrentamos empieza desde el primer año de medicina, donde se exige dar el 200%, hasta elegir la especialidad e intentar ser excelente en ella.
Como mujer, ¿has encontrado obstáculos particulares en tu camino profesional? En caso afirmativo, ¿cómo has logrado superar estos retos y llegar a donde estás hoy?
• La verdad es que hoy en día la carrera de medicina es principalmente femenina. Exceptuando alguna anécdota cuando éramos estudiantes de Medicina y pasábamos planta con mi compañero, en la que los pacientes mayores solo se dirigían a él porque era hombre y a mí me llamaban "niña" y solo me pedían que les diera el yogur porque tenían hambre. A parte de estas anécdotas no he encontrado obstáculos significativos.
¿Hay algún mito sobre el cuidado de la piel que te gustaría desmentir?
• Sí, que no pasa nada por hacer bronceado artificial en cabinas de UVA (cuando sí que es perjudicial), y que los tratamientos con inyectables, como los neuromoduladores y el ácido hialurónico, siempre dejan resultados antiestéticos y poco naturales (cuando hoy en día dan buenos resultados, mejorando la apariencia sin alterar la expresión natural del rostro).